Apuesto un corazón a que del tuyo no queda nada

En aquella playa
me ahogué
intentando
recuperar mis huellas.
Y a favor de ti diré:
que nadie me ha olvidado
igual que como me miraste tú.

Llegará un día en el que habrán
más personas que pasos
y no sabremos
encontrarnos entre las ruinas
de lo que un día
fue nuestra casa.

Tú ya no juegas con mi pelo
tienes arena en las manos
y de repente es antes de ayer
y aquí tampoco estás.

Me rompiste:
para que al levantarme
tenga claro si sigo
viva o ya estoy muerta.

Pero me duele aquí.

y aquí

quizás aquí

                 y aquí también

Ya no te quiero así
y es lo que duele.
Pero no te rindas
aunque te digan que te vas a morir.

Todos vamos a morir

No te gires si no te apetece.
Respira si aún puedes y
besa a tus manos
que siempre han estado ahí.

Cualquiera no se sienta a leerte libros de poesía
de los que jamás escuchará hablar.
Pero tú puedes leerme las venas que cruzan mis brazos:
todos necesitamos invertirnos
para encontrarnos.

Voy a tatuarte en la ventana
que este sol ha dejado de brillarte.
Que pena que ahora tampoco escuches nada.

Voy a desayunar las canciones
que ponías una y otra vez
para follar.
Y a favor de ti diré:
que la curva de tu espalda
ha encontrado más motivos
para que me quede
que la de tus labios.

He visto al tiempo encuadernando libros
y a cinco personas enamorándose de una sola
pero apuesto un corazón
a que del tuyo
no queda nada.


4 respuestas a “Apuesto un corazón a que del tuyo no queda nada

  1. Hay personas que tienen un tacto asombroso para escribir sentimientos. La similitud con la que fluye el lector, es igual estar viajando en un tren de mercancías y de repente saltar al vació, «voy a desayunar las canciones que ponías una y otra vez para follar». Y a tu favor diré: no dejes de ser tan sincera cuando escribes o encontraré más motivos para empujarte a ello. Kisses.

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